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No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

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31 de enero de 2017

Creyentes sin justificación alguna



A lo largo de los años de escritura de este blog he recibido infinidad de mensajes de creyentes muy ofendidos porque en mis entradas les presento como seres crédulos e ignorantes, aferrados a las manifiestas alucinaciones de unos pobres analfabetos de tiempos remotos. 

Aunque sin embargo hay una diferencia fundamental entre esos pobres ignorantes del pasado lejano y los actuales y obstinados creyentes. Esto es así porque mientras los crédulos de hace uno o dos milenios, incluso aquellos que vivieron hace tan sólo varios siglos moraron en un mundo que no entendían, en donde todo podía ser mágico y tenían pocas posibilidades de diferenciar realidad de delirio (aun cuando distintos filósofos y pensadores más que brillantes del pasado, tanto de Oriente como de Occidente, fueron capaces de comprender la trampa intelectual de la religión), los actuales creyentes (al menos los mínimamente educados del mundo occidental) no tienen excusa alguna, salvo su propia molicie y desidia intelectual. 


Y esto es así ya que en este mundo cibernético, en donde todo está a un par de clics de ratón de la famosa Wikipedia, ninguna persona no ya culta sino mínimamente instruída puede cerrar los ojos y bloquear el intelecto a la infinidad de aplastantes pruebas y argumentos científicos que conectan a la religión con simples mecanismos psicológicos totalmente naturales. Y este análisis científico, desde las más diversas ramas del saber (neurología, psicología, psiquiatría, antropología, historia, etc.) permite obtener una visión de conjunto de cómo y porqué surgió y perviven en la actualidad las diferentes creencias, aun cuando todos los estudios indican con meridiana claridad que los dioses y demás seres supernaturales son únicamente una mezcla de invención y error por parte de ese siempre maravilloso órgano de poco más de un kilo de peso que nos diferencia tan llamativamente del resto de nuestros primos primates. 
 

Es por ello que nunca termino de sorprenderme cuando un creyente ofendido acude a este blog a solicitar respeto intelectual y compresión para su más que ofensiva e irracional ignorancia iletrada. Porque analizando fríamente la cuestión todos los grandes argumentos en defensa de “verdad” religiosa que han desgranado infinidad de "pensadores" religiosos se reducen finalmente a uno: 

Créeme cuando te digo que mi dios (sea éste el que sea) existe porque yo lo siento así y un pobre iluminado (necesitado de las más exquisitas atenciones psiquiátricas en una institución mental) así lo dejó plasmado en un viejo y mohoso libro del más cercano o remoto pasado.


Y lo increíble del caso es que estos mismos acólitos de tal o cual deidad son capaces de comprender en menos de un minuto la absurda e irracional estupidez de los otros creyentes, siempre y cuando estos últimos estén adorando al dios "equivocado". 


Es más, estas piadosas personas que tanto respeto exigen a sus creencias en el caso de ser molestados en sus casas, en sus trabajos o en sus vidas por otro pobre alucinado que fuera por casualidad pregonando a los cuatro vientos las creencias de los elfos de Rivendel, de los enanos de Nogrod o de los hobbits de la Comarca descritas todas ellas en el no menos sagrado libro de “El Señor de los Anillos” no tendrían reparo alguno de cerrarle la puerta en las narices y si el pobre demente les siguiera molestando no dudarían ni un segundo en llamar a la policía o a los servicios sociales para que se hicieran cargo de tan estúpido individuo. 



Pero eso sí, sin embargo cualquier persona mínimamente racional debe respetar de la manera más obsequiosa y hasta financiar con sus propios impuestos el que otro pobre estúpido nos desvele los misterios de esa zarza ardiente que bajo la forma de una paloma sideral fecundó a un virgen judía para autoengrendarse (o algo así, porque lo de la trinidad cristiana no lo entiende ni el propio dios), que un beduino pederasta subió al cielo a lomos de un banco corcel y demás sandeces solo aptas para los más débiles miembros de esta siempre tan supersticiosa especie de monos bastante cabezones y con escaso pelo que supuestamente señoreamos el planeta.

3 comentarios:

  1. Y nunca mejor dicho...
    (Y no me llames rodrigo(n) porque llámame Trillo y ya si eso, luego, a moco tendido, me excuso con unas lágrimas y que vuestro dios os tenga en su gloria a cuanto fallecido hubo de aquel siniestro)

    Un pensador ponía en entredicho títulos universitarios y conocimiento con la poca capacidad de querer entender eso. Sólo queda una opción, interés o ignorancia...O ambas

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  2. Ofendidos??? Y ellos no ofenden la inteligencia de los niños, cuando dicen que hay que pedirle a dios para curarse de una enfermedad, y mientras tanto muere todos los días un niño de cáncer, tras larga agonía?? Amén de que le llenan la cabeza a sus hijitos, aplastando el libre pensamiento, la democracia, etc. Slds.

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  3. Muchos creyentes pobres si fuesen ateos dejarían de pasar hambre

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